Muchas veces, tras realizar una prueba de alcoholemia, uno se pregunta si la tasa mostrada se ajusta a la realidad.
Primeramente hay que saber distinguir el etilómetro con el cual se realiza la prueba de alcoholemia. Cuando se hace con un etilómetro de mano, que tiene un tamaño compacto y ligero, la tasa mostrada es aproximada y puede distar mucho de la tasa real. Es más, si se bebe alcohol y directamente se realiza la prueba este etilómetro o alcoholímetro se dispararía en una tasa que no sería real, ya que no reconoce normalmente el alcohol en boca.
¿Por qué se realiza entonces una prueba con un etilómetro de mano si puede ser una tasa errónea?. Pues es sencillo, con el etilómetro de mano se puede realizar una prueba de aproximación de forma rápida y saber si un conductor realizó alguna ingesta de bebidas alcohólicas, sin tener que someter al conductor a una prueba más lenta y molesta.
Cuando en un etilómetro de mano la tasa es positiva debe realizarse la PRIMERA prueba en un etilómetro de precisión, que es el que pasa una revisión técnica en un centro de metrología como establece la legislación y por tanto es el único válido para este tipo de pruebas.
El etilómetro de precisión, en cada prueba, requiere que se sople dos veces por lo que la tardaza de la prueba se demora. De las dos «semipruebas» saldrá el valor más favorable y posteriormente se realizará una segunda prueba pasados al menos 10 minutos, que consistirá en otras dos «semipruebas» conjuntas.
¿Por qué realizó tantas pruebas si la ley establece que estoy obligado a una?. Como se decía, la primera prueba es de descarta para evitar causar mayores molestias a los conductores y agilizar el proceso, así pues podríamos entenderla como una prueba voluntaria, a la que si el conductor se negase se le requeriría la prueba obligatoria en el etilómetro de precisión y si ahí se negase cometería un delito contra la seguridad vial. La segunda prueba es para mayores garantías y se entiende como un derecho, aunque el Agente puede valorar realizarla a pesar de que la primera prueba diese un resultado negativo. En cuanto a las 4 pruebas siguientes, son solamente dos, ya que cada prueba consta de dos fases de soplado para mayores garantías.
El etilómetro de precisión tiene errores, pero estos errores están contemplados en el propio aparato. Son aparatos que cuestan miles de euros y su precisión es muy elevada y garantista. El margen de error de un etilómetro de precisión puede alcanzar un 7,5%, que es el asumible pero que no viene descontado en el resultado final, esto quiere decir que si la tasa es de 61 mg/l de alcohol por aire espirado, a esta tasa habría que sumarle el 7,5% pero también restarselo y como el derecho penal establece que cuando existe duda se favorezca al reo, sería siempre restar un 7,5% al resultado final que da el etilómetro de precisión. Para saber más sobre el margen de error pulse aquí.
Dicho esto, cabe mencionar lo difícil que puede ser que un etilómetro de precisión falle pero como hay posibilidad siempre existe el derecho de someterse a una prueba de sangre realizadas ya las pruebas por aire espirado. Un conductor es conocedor de la cantidad de ingesta de alcohol que realizó, lo que no pudiera conocer sería la tasa exacta de la misma, por ello la prueba de sangre es recomendable realizarla cuando uno esta seguro que apenas ingerió bebidas alcóholicas, ya que normalmente esta prueba da un resultado superior de alcohol en gramos litro de sangre, tarda más en desaparecer que en aire y además requiere abonar los gastos de la misma con anterioridad.
Por otro lado, para desmentir rumores, cabe destacar que a un etilómetro de precisión no puede engañarse, ya que recibe una cantidad de litros por el aire que se espira y analiza los mismos, ni siquiera dispara la tasa si se tiene alcohol en boca, ya que en todo caso daría error por la desproporción de tasa y mandaría repetir la prueba, y ya ni hablar si se toma aceite u otras sustancias que forman parte de leyendas urbanas que en absoluto van a modificar el resultado.