La policía local y las relaciones humanas.-Los funcionarios que componen el cuerpo de policía local desarrollan una actividad de especial significación en el campo de las relaciones humanas.
No por en cierto modo, puede decirse que dichos funcionarios personifican al gobierno de la ciudad. Es más, su uniforme y su presencia les convierte en servidores municipales particularmente visibles. Lo que era el agente policía local y como lo haga es, consecuentemente, de gran importancia en el desarrollo del programa de relaciones públicas de la ciudad.
Como factores que interviene en las relaciones humanas establecer por la policía local, podemos citar:
1. Formación del agente.
2. Relación agente-público.
3. Ambiente local.
Con respecto a la formación de la gente, diremos que es necesaria la completa preparación técnico-profesional del mismo, con el fin de dotarle de una gran capacidad, de un texto particular y de un alto espíritu de sacrificio, condiciones todas ellas indispensables para el perfecto el total desarrollo de sus cometidos específicos.
El agente se de preparar, además, desde el punto de vista psicológico, para actuar positivamente ante una serie de reacciones comunes al ser humano, con los que se encontrara constantemente, y que tendrá que prevenir.
Entre dichas reacciones, podemos reseñar las siguientes:
1. El abuso de autoridad, que supone la utilización no moderadas de la misma y que produce la crispación del ánimo del ciudadano.
2. El exceso de genio, por lo que la gente debe esforzarse más que otras personas para mantener el equilibrio temperamental y no perder la compostura debida.
3. La falta de fe, que destruye la satisfacción del trabajo diario de la gente, y que asimismo provoca la desconfianza de cuantos le rodean.
4. La inflexibilidad, que se puede del texto necesario del ejercicio de su cargo y que puede conducir a una actitud injusta por parte de la gente.
5. La suspicacia, que hace sospechar de todo sin motivo alguno para ello y que elimina la confianza necesaria en las relaciones humanas.
6. Los prejuicios, que puede desembocar en el peligro de la parcialidad a la hora de tomar decisiones.
7. Los rumores, que, aunque saben ser puntos de partida para una investigación policial, puedan producir precipitación en la actuación del agente sino adoptar las oportunas medidas de comprobación de los mismos.
Por lo que se refiere las relaciones agente-público, el 1º se encuentra ante los siguientes rectos: decoran su actuación, cortesía en el trato, distinción en su comportamiento, comunicación de fichas en sus relaciones.
El factor ambiente local jugó un papel importante en las naciones monos de la policía local, no siendo suficiente que los miembros de la misma demuestra ni realmente surcados de preparación profesional y humana, sino que es preciso que el público se compenetre con la utilidad del servicio que prestan.
La presencia de la gente se admite generalmente como necesaria, a pero es importante reforzar el ambiente de reconocimiento, de comprensión y de colaboración con su tarea.
Dicho ambiente puede lograrse, en primer lugar y fundamentalmente, por los propios agentes, que deben actuar prestigiando de las funciones que realizan y, en 2º término, con publicaciones periódicas tendentes guiar y moldear la opinión pública, y que no debemos olvidar que la falta información constituye un aspecto negativo las relaciones humanas.
Como colofón de esta pregunta, diremos que en las relaciones humanas a establecer por la policía local tienen como meta ineludible los siguientes principios:
1. Conseguir que el público comprenda lo más claramente posible que la gente compre un deber impuesto por la ley.
2. Llevar al ánimo de los ciudadanos que las leyes y reglamentos que la gente hace respetar su una medida destinada al bien común.
Normas que deben presidir en las narraciones del policía local con el público.-como normas que deben presidir las relaciones de policía local con el público podemos citar las siguientes:
El agente debe tener siempre en cuenta que, en su trato con el público, está representando a la corporación municipal, por lo que debe actuar con dignidad e integridad, que dicha representación exige, debiendo abstenerse de todo acto de corrupción y de oponerse a él resueltamente.
En tal sentido, decíamos al principio el tema que, en cierto modo, los agentes de la policía local personifica el gobierno de la ciudad.
El agente, por su condición de funcionario público, debe observar en todo momento un trato correcto y esmerado en sus relaciones con los ciudadanos, a quienes procurará auxiliar y proteger, siempre que las circunstancias lo aconsejen o fueran requeridos para ello.
El agente respetará el honor en la dignidad de las personas, actuando con absoluta neutralidad política e imparcialidad y, en consecuencia, sin discriminación alguna por razón de raza, religión u opinión.
En el ejercicio de su actuación profesional, impedirá cualquier práctica abusiva, arbitraria o discriminatoria y que entrañe violencia física o moral.
Debe actuar con la decisión de ser y sin demora cuando de ello dependa evitar un daño grave, inmediato o y reparable, rigiéndose, al hacerlo, por los recintos de congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance.
Solamente utilizarla las armas en las situaciones en que exista un riesgo racionalmente grave para su vida, su integridad física o la de terceras personas, una agrias circunstancias que puedan suponer un grave riesgo para la seguridad ciudadana y de conformidad con los principios anteriormente reseñados.
El agente debe hallar la actitud correcta para hablar con el público.
El volumen de la voz, el tono, la acentuación y la melodía de la frase, el gesto y la mímica, las frases «por favor» y «gracias» y el tratamiento de usted, son medios esenciales de expresión, decisivos para el desarrollo armónico de la relación agente-público.
Por último, diremos que la gente de la policía local debe evitar la destemplanza del ciudadano, que causó mala impresión al público y que constituye el caldo de cultivo de prosperan toda clase de incidentes y de malos modos.
Por otra parte, tomaba mal la destemplanza el ciudadano no conduce a nada práctico. Es más prudente que el agente se amolde desde un principio y ayude al ciudadano a vencer su enfado con el fin de llegar a una conversación objetiva con él.