BALÍSTICA. Las lesiones de la vaina y cápsula iniciadora.

 

Como ya hemos visto anteriormente en las lesiones de la bala, vamos a hacer mención a las lesiones que deja el arma en el resto del cartucho.

Aclarados por tanto los conceptos básicos en la anterior mención sobre la bala, vamos a observar un ejemplo de vaina testigo y dubitada, para poder hacer la comprobación de lesiones y la similitud a las mismas para certificar que provienen del mismo arma con la que fueron disparadas.

Vaina testigo
Vaina testigo

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Aquí tenemos una vaina testigo, que esta compuesta por boca, cuello y culote. Es aquí donde observamos claramente la capsula iniciadora, que es la parte plateada de la misma. Esta capsula iniciadora tiene una mezcla explosiva con compuestos oxidantes, reductores y elementos metálicos, y es sensible a la percusión. Con una fuerza adecuada produciría una detonación suficiente para iniciar la pólvora alojada en la vaina.

La fuerza que hace que se inicie la mezcla del iniciador o cápsula iniciadora, es empleada por medio de la aguja percutora que golpea firmemente en la misma. En la imagen podemos ver como este cartucho ha sido percutido, por tanto esta vaina ha sido percutida por la aguja percutora, lo que no quiere decir que en el 100% de los casos haya sido disparado el proyectil, ya que podría deberse en un fallo en la iniciación y la pólvora no se hubiera quemado. En todo caso, esto solo se indicaría para supuestos donde se observa el cartucho íntegro y la capsula incitadora percutida.

Dubitada 1
Vaina dubitada

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Aquí tenemos la vaina dubitada, o aquella que se encontró en la escena del crimen. Lógicamente necesitaremos un arma sospechosa para conseguir la vaina testigo y así poder comprobar si salieron del mismo arma.

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Vaina testigo y vaina dubitada

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En la fotografía a 20 aumentos observamos las lesiones dejadas por el expulsor, que es donde golpea la vaina cuando retrocede y así, al ser un golpe lateral, consigue hacerla pivotar hasta enviarla a la ventana de expulsión, desprendiéndola antes de la uña extractora. Como se observa en la fotografía las lesiones dejadas en ambas vainas son coincidentes, lo que significa que el expulsor es el mismo en ambos casos.

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Lesiones en la cápsula iniciadora
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Lesiones ajustadas de la cápsula iniciadora

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Otra lesión que se produce en la cápsula iniciadora, así como en la propia vaina, es cuando golpea contra la pared del arma donde se aloja la aguja percutora. La fuerza es suficientes para impregnar lesiones que pueden ser observadas al microscopio. Una vez ajustadas las vainas con el microscopio de comparación podemos deducir, que las lesiones son iguales en ambos iniciadores, por lo que confirma que el plano interno del arma es el mismo.

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Lesiones de la aguja percutora
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Lesiones alineadas de aguja percutora

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Pero aún podemos ir más allá. En estas imágenes se puede ver las lesiones que hace la aguja percutora cuando golpea a la cápsula iniciadora. Aquí necesitamos más aumentos y es más complejo poder relacionar las lesiones de una forma más clara. En la imagen se ve que hay marcas iguales en ambas fotografías.

lesion 3 plano
Lesiones en la vaina
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Lesiones alineadas en la vaina

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Las lesiones en la vaina son las más abundantes y quedan impregnadas cuando esta golpea la base interna. En ambas imágenes se observan lesiones iguales producidas por la misma arma de fuego. Es importante recoger bastantes lesiones idénticas para la realización del informe. Lógicamente no tienen porque coincidir las letras grabadas en las vainas, ya que cada una puede girar en distintas posiciones.

Hay que tener en cuenta que puede haber ligeras lesiones que no coincidan, esto puede deberse a que ya existían antes en la vaina o bien, que en un caso no se han producido de igual forma que en el otro por cualquier circunstancia.

Además, se puede observar lesiones en el cuerpo de la vaina provocadas por los labios del cargador, que son metálicos y deja dos líneas a ambos lados bastante significativas, aunque ligeramente menos profundas. La uña extractora también deja marcas que pueden ser observadas.

Todo esto debe servirnos para entender y así valorar que las lesiones que dejan cuerpos más resistentes sobre materiales más blandos, se producen en todos los objetos y son siempre distintos. Dos zapatos iguales no dejan las mismas marcas en el barro, o dos martillos idénticos no dejan las mismas lesiones en un clavo.

*Estas fotografías pertenecen a seguridadpublica.es