El espacio y la actividad industrial. Materias primas y fuentes de energía.


Características de la actividad industrial

El ser humano siempre ha tenido la necesidad de transformar los elementos de la naturaleza para poder aprovecharse de ellos.

Hacia finales del siglo XVIII, y durante el siglo XIX, el proceso de transformación de los recursos de la naturaleza sufre un cambio radical, que se conoce como revolución industrial. Este cambio consiste, básicamente, en la disminución del tiempo de trabajo necesario para transformar un recurso en un producto útil, gracias a la utilización, en el proceso, de máquinas.

Gracias a revolución industrial las regiones se pueden especializar.

El capital de inversión

El capital de inversión, en Europa, procede de la acumulación de riqueza en la agricultura.

Los recursos naturales

La existencia de recursos naturales es también una condición básica para que se desarrolle la industria. Un recurso natural es aquel elemento de la naturaleza que el hombre, con su tecnología, es capaz de transformar para su propio beneficio.

En todo proceso de transformación de la materia prima, en producto elaborado, aquella pierde peso, por lo que se generan residuos. Por otra parte, es raro el producto elaborado que utiliza una sola materia prima.

El mercado

La existencia de un mercado con rentas altas y diversificadas es fundamental para el desarrollo de la industria. Es el mercado, sobre todo el mercado interior, lo que hace crecer la economía y lo que da salida los productos elaborados en la industria.

La energía

Para la actividad industrial es fundamental la existencia, y el consumo, de energía que mueva los ingenios y las máquinas.

La liberación definitiva se consigue con el abaratamiento del transporte, la producción de energía eléctrica y su transporte a larga distancia.

Dos son las fuentes de energía básicas, para la producción eléctrica: la hidroelectricidad y la termoelectricidad.

La electricidad no es el único recurso energético utilizado por la industria: el carbón, el gas y el petróleo tienen una importancia no pequeña en la producción industrial.

El transporte

El sector del transporte es esencial para el funcionamiento de los países.

El precio del transporte puede influir de manera decisiva en el precio unitario del producto.

Tipos de industria

Distinguiremos tres tipos básicos de industria: la industria pesada, la industria de equipo y la industria ligera.

En sentido estricto una industria pesada es aquella que trata grandes cantidades de productos brutos, pesados, para transformarlos en productos semielaborados. Se suelen instalar en las grandes ciudades industriales.

En la industria pesada distinguiremos, como industrias principales, la metalurgia y la química. Son industrias que exigen inversiones muy elevadas y ocupan mucho suelo industrial. Se sitúan cerca de los grandes puertos de entrada del petróleo o cerca de los yacimientos.

Las industrias de equipo se dividen en dos grandes grupos: las industrias de construcción y las metalúrgicas de transformación.

La industria ligera es la que fabrica bienes de uso y consumo particular. Para ello utiliza materias primas y productos semielaborados.

Teoría de la localización industrial

Será el alemán Alfred Weber quien en 1909 desarrolle una teoría pura sobre la localización industrial en el espacio.

En general, su teoría se aplica a la industria pesada, pero puede aplicarse a la industria ligera. El factor fundamental del que trata la teoría es la distancia: la distancia de la planta de producción a los recursos y al mercado. Lo que se localiza es la planta de producción, que es el lugar de fabricación. También considera que los costes de producción son los mismos en todas partes. Weber representará su teoría en un triángulo, en el cual, dos vértices corresponden a los productos que necesita en su elaboración y otro vértice es el lugar de mercado.

Weber distingue entre materiales puros y materiales brutos.

Según Weber la ubicación de una planta industrial está relacionada con cuatro factores fundamentales: la distancia a los recursos naturales, la distancia al mercado, los costes de la mano de obra y las economías de aglomeración.

En la teoría se consideran dos tipos de materiales de producción: los ubicuos y los recursos localizados.

En el primer supuesto, Weber, considera que los costes de producción son iguales en todas partes: sólo es posible una variación del precio unitario debido a los costes de transporte. La ubicación de la planta sería allí donde los precios de transporte sean mínimos.

Weber elabora un índice, índice de materiales, en el que se divide el peso de los recursos utilizados entre el peso del producto elaborado. El resultado indicará la dependencia de la planta para localizarse cerca de los recursos o cerca de los mercados.

En el segundo supuesto, Weber, introduce cambios en función del coste de la mano de obra y de las economías de aglomeración. El triángulo que Weber utilizó en el primer modelo aparece ahora rodeado de círculos concéntricos que representan el coste del transporte en una área, cada círculo se llama isodapán.

Weber también tuvo en cuenta el efecto de las economías de aglomeración.

Otros factores de localización industrial

Los poderes políticos pueden favorecer la ubicación de industrias.

Pero también existen factores ambientales de atracción o rechazo de una planta. A veces, las necesidades de agua o de zonas verdes cerca de la planta, no permiten su la localización más que en determinados lugares.

También debe tenerse en cuenta la política de desconcentración de las grandes empresas multinacionales. Los bajos fletes permiten a las empresas construir las plantas de producción en los países con una fuerza de trabajo más barata.

Por último no debemos desdeñar la importancia de la investigación en la ubicación de una planta industrial.

Las regiones industriales

Desde el comienzo de la revolución industrial las fábricas ha tendido a concentrarse en algunas regiones, en busca de la cercanía a los lugares de los que procedía la materia prima, los mercados consumidores y las economías de aglomeración y escala. Pero además, la existencia de una fábrica, o de una región industrial, atrae nuevas inversiones, lo que estimula, al mismo tiempo, su crecimiento.

Podemos distinguir varios tipos de región industrial, atendiendo a su morfología: la región dispersa en el medio rural, la región mixta campo-ciudad, la región centralizada en una metrópoli, la región portuaria y la región extractiva.