EL OBTURADOR Y EL DIAFRAGMA: VALOR DE EXPOSICION

 

La determinación del Valor de Exposición por medio del fotómetro y, a partir de este, la elección adecuada del tiempo de obturación y el diafragma, es el punto de partida de una toma técnicamente correcta.

 

Cualquier tipo de material sensible a la luz – incluso los sensores CCD de las cámaras electrónicas -, requieren una determinada cantidad de luz para registrar la imagen.

 

La cantidad de luz que llega a la película se ajusta combinando la abertura de diafragma, que regula la intensidad de la luz, con el tiempo de exposición, por medio del obturador. Cuando las condiciones de luz son escasas (día nublado, interiores, etc.) la exposición debe ser más prolongada o el haz de luz más grueso (abertura de diafragma) o una combinación de ambos factores. Así se trate de una toma en pleno día con iluminación directa del sol o de una escena nocturna, la película debe recibir siempre la misma cantidad de luz. Para lograrlo se utilizan diferentes combinaciones del diafragma con el obturador. El fotómetro, por su parte, lo que hace es indicar un Valor de Exposición (Exposure Value o EV, en ingles) para cada situación de intensidad de iluminación.

 

Destaquemos que la cantidad de luz se expresa por medio de una serie de números de la norma ISO (International Standard Organization), adoptada a principios de la década del ’80 aunque los fotógrafos utilizan a menudo las anteriores denominaciones de ASA y DIN que, en la practica, es lo mismo.

 

Sabemos que el diafragma esta calibrado en puntos o valores «f» y que cada vez que se cierra un punto la película recibe la mitad de luz. De la misma forma, el obturador esta calibrado en pasos que duplican o reducen a la mitad el tiempo de exposición. Si, por ejemplo, el fotómetro indica para una determinada condición de iluminación diafragma f:8 y tiempo 1/125 de segundo, resultara la misma exposición si empleamos f:5,6 y 1/250. Lo que hemos hecho es abrir un punto el diafragma (de f:8 a f:5,6) y reducido un paso el tiempo de obturación (de 1/125 a 1/250), manteniendo por lo

tanto el mismo Valor de Exposición. Es posible seguir abriendo el diafragma, reduciendo el tiempo de exposición, o cerrando el diafragma e incrementando el tiempo, como se detalla parcialmente en la Tabla de Valores de Exposición.

 

Desde el punto de vista de la cantidad de luz, como hemos visto, es lo mismo exponer en 1/8 seg. y f:32 o en 1/1000 y f:2,8, ya que esas exposiciones corresponden al mismo EV (en nuestro ejemplo, EV 13).

 

Sucede que la exposición será correcta en cualquier relación diafragma/tiempo de obturación que corresponda al mismo EV, pero el resultado estético o informativo de la fotografía es notablemente distinto. Con el diafragma muy abierto y un tiempo muy corto, la profundidad de campo estará limitada, mientras que con un diafragma muy cerrado y un tiempo largo, se tiene una  gran profundidad de campo pero no hay posibilidad de «congelar» el movimiento de sujetos animados. Incluso puede quedar falto de nitidez por la vibración del pulso.

 

De toda esa amplia gama de posibles exposiciones con el mismo EV, se debe elegir aquella que mejor se adapte al objetivo de toma y al motivo que se fotografía. Debemos determinar si preferimos utilizar una gran abertura de diafragma y un tiempo breve de exposición o, al contrario, un diafragma pequeño y un tiempo largo.

 

La primera limitación a la elección del tiempo de obturación surge de la forma como la cámara es utilizada: si se sostiene en las manos o esta montada en un trípode.

 

Cuando la cámara esta en el trípode se puede utilizar todo el rango de tiempos de exposición con cualquier tipo de objetivo, siempre que se fotografíen sujetos inanimados.

 

Con la cámara en la mano, en cambio, el tiempo máximo de obturación esta condicionado por el pulso del fotógrafo y la distancia focal del objetivo que se utiliza. También tiene incidencia el tipo de cámara: con las réflex de 35 mm de primera generación (década del 60), el sistema de espejo y de cortinas produce vibraciones que afectan la nitidez (esto ha sido notablemente mejorado en las cámaras más modernas); en cambio, con cámaras de obturador central o de visor directo, el obturador funciona con mayor suavidad.

 

Por lo tanto, en general, el tiempo de obturación debe ser por lo menos compatible con la propia capacidad de sostener la cámara con firmeza y con la distancia focal del objetivo (con distancias focales largas se magnifican las mínimas vibraciones del pulso), además de tener que considerarse las características cinéticas del motivo (si esta en reposo, en movimiento suave o rápido).

 

Para un retrato posado, con la cámara montada en el trípode, se puede utilizar hasta 1/15 de segundo, pero si es un retrato «cándido» o de reportaje (fotografías de personas que gesticulan o se mueven), entonces el limite esta en 1/125 de segundo.

 

En las escenas de día, naturalmente, se tiene que optar por un tiempo lo más breve posible. Una persona caminando normalmente requiere de 1/125 pero si va corriendo tiene que ser 1/250 o 1/500. Los deportistas (fútbol, rugby, etc.) tienen que ser fotografiados a 1/500 o 1/1000. Excepcionalmente se puede llegar a usar 1/250, con el riesgo de no obtener la máxima nitidez. En fotografía de deportes mecánicos, como automovilismo, regatas de lanchas y carreras de motos, hay que utilizar 1/1000 de seg.

 

Con fines creativos, sin embargo, la utilización de tiempos largos de obturación en sujetos que se desplazan a cierta velocidad proporciona resultados muy interesantes. Para esto se debe hacer un «paneo» (seguimiento del sujeto) y, también, es posible lograr una gran plasticidad con tiempos largos y sujetos en movimiento, montando la cámara en un trípode o, incluso, sosteniéndola en las manos.

 

Si se desea aislar el sujeto por medio del desenfoque de los planos anteriores y posteriores, se debe optar por una abertura grande de diafragma, que nos lleva a emplear un tiempo de obturación más breve. En este caso, la elección de una gran abertura de diafragma obedece a razones estéticas.

 

En cambio, cuando el motivo requiere una gran profundidad de campo, se debe seleccionar el diafragma lo más cerrado posible que, de todas formas, admita un tiempo de obturación compatible con el motivo, con el pulso del fotógrafo y la distancia focal utilizada. Obviamente, si se emplea trípode, estos dos últimos factores no se consideran.

 

En tomas de arquitectura, industrial, paisajes urbanos y rurales, macrofotografía, etc., frecuentemente se necesita lograr la máxima profundidad de campo posible. En general, para este tipo de tomas, el trípode constituye un accesorio fundamental. Debe tenerse presente que la calidad de la imagen decae en los extremos de máxima y de mínima abertura de diafragma. En general, los diafragmas intermedios son los que proporcionan la mejor calidad (entre f:5,6 y f:11, dependiendo de la marca y tipo de objetivo).

 

Por lo dicho en los párrafos anteriores, deducimos que no siempre es posible elegir el tiempo de obturación que se considera ideal en conjunción con el diafragma más indicado. De hecho, máxima profundidad de campo y capacidad de congelar movimientos rápidos, técnicamente, son incompatibles. Un atisbo de solución es emplear películas de alta sensibilidad, de por lo menos ISO 400/27º. Esto lleva a que el fotógrafo deba compatibilizar las diversas combinaciones posibles para lograr un

determinado resultado.

 

Las cámaras «inteligentes» con sistema de obturación programado tienen memorizadas las diversas opciones de exposición. Entonces, al seleccionar la modalidad «día», el sistema elegirá, para las condiciones de iluminación existentes, el tiempo de obturación más breve posible, pero si se utiliza el programa «retrato», optara por un diafragma mediano para desenfocar el fondo o, en el programa «paisaje» o «granangular», seleccionara el diafragma más cerrado posible.

 

Es obvio que una cámara con sistema de exposición «programada» resuelve en milésimas de segundo cuestiones que al fotógrafo le pueden llegar a consumir algunos minutos y, ante eventuales y rápidos cambios de la intensidad luminosa, el sistema adapta la exposición en forma instantánea a la nueva situación. Pero el fotógrafo debe saber elegir la oportunidad para aplicar cada uno de los programas e, incluso, decidir que situaciones deben ser fotometreadas y expuestas en la modalidad manual.

 

La complejidad de las diferentes opciones «programadas» de las cámaras de ultima generación requiere de sólidos conocimientos por parte del usuario. Debido a que las diferentes funciones automáticas no están normalizadas, por lo que cada fabricante para un mismo tipo de función o programa le da diferente denominación y se activa de distinta manera, es necesaria la minuciosa lectura del manual de instrucciones.

 

La única situación en la que el fotógrafo puede llegar a dominar en mayor profundidad todos los aspectos de la exposición es cuando trabaja en un estudio. En las escenas al aire libre o cualquier, con luz natural o artificial, lo que se puede hacer es encontrar la mejor y más equilibrada solución de compromiso entre el tiempo de obturación y la abertura de diafragma.



Tiempos Máximos de Obturación con la Cámara en la Mano


Objetivos

Máximo

Normal

15 a 28 mm

1/15

1/30

35 a 50 mm

1/30

1/60

100 a 135 mm

1/60

1/125

150 a 200 mm

1/125

1/250

300 a 400 mm

1/250

1/500

500 mm

1/500

1/1000

EJERCICIOS

Utilizando película de ISO 100, en blanco y negro o en negativo color, buscar los

siguientes temas:

1. Ciclista. Fotografiarlo en 1/15 – 1/60 y 1/250 de segundo, con paneo (movimiento horizontal de la cámara manteniendo el encuadre), con el objetivo normal de 50 mm o un tele corto (85 a 105 mm).

1. Calle o avenida muy concurrida de peatones. Cámara montada en un trípode, exponer en 1/8 – 1/30 – 1/25 y 1/500 de segundo.

2. Niños jugando a la pelota. Con teleobjetivo corto (de 85 a 135 mm), hacer una serie de tomas en 1/60 – 1/125 – 1/500 y 1/1000 de segundo.

4.   Retrato de medio cuerpo o rostro. Cámara en la mano, con teleobjetivo corto, serie de tomas con diafragma a plena abertura (f:2 o f:2,8), a media abertura (f:5,6 o f:8) y con el objetivo lo más diafragmado posible (y los tiempos que correspondan a cada diafragma según la intensidad de la luz).