El Exposímetro y la Medición de la Luz

La exposición -combinación del tiempo de obturación y la abertura del diafragma surge de la relación entre la sensibilidad de la película y la brillantez del sujeto. El instrumento que mide ese valor de exposición es el fotómetro que, en las cámaras, esta acoplado al sistema de obturación.

 

Para describirlo en forma sencilla podemos decir que el fotómetro esta constituido por una fotocelula que mide la intensidad de la luz y una aguja, fotodiodo (Led) o pantalla LCD (de cuarzo) que indica el valor de exposición. En las cámaras automáticas y de exposición programada, esa información es enviada a la central de procesamiento que ordena al obturador el tiempo de exposición y, al diafragma, el valor de la abertura.

 

Las fotocelulas

 

Básicamente, existen dos tipos de fotocelulas: la fotovoltaica que genera una corriente eléctrica cuya intensidad guarda relación directa con la intensidad de la luz, y la fotoconductora, que se distingue por variar su resistencia al paso de la electricidad según sea la intensidad de la luz y que, por lo tanto, necesita una fuente de energía (pila o batería) para funcionar necesitando. Existen tres tipos de fotocelulas: de Selenio, de Sulfuro de Cadmio (CdS) y fotodiodo de Silicona (SPD).

 

Selenio. Es el tipo más antiguo que todavía se emplea en algunos fotómetros de mano. Fue desarrollado en 1930 por E. Falkenthal y consiste en una placa de hierro cubierta por una fina capa de selenio gris (que forma el ánodo) y otra de un metal (plomo, oro o platino, que forma el cátodo). Se caracteriza por emitir electrones cuando recibe luz. La placa esta conectada a un galvanómetro, calibrado de tal manera que la aguja señala los valores de exposición. No requieren pilas para funcionar pero, en contrapartida, tiene escasa capacidad para medir luces débiles y la sensibilidad espectral no se corresponde con la de la película: es menos sensible al azul.

 

CdS (Sulfuro de Cadmio). En este tipo de fotocelula, a medida que aumenta la intensidad de la luz, se reduce la resistencia al paso de una corriente eléctrica producida por una pila. La intensidad de la corriente generada es indicada en un microamperímetro calibrado de tal manera que indica valores de exposición o, también, puede producir el encendido de fotodiodos que señalan sobrexposición, subexposición y exposición correcta.

Por tamaño y performance, fue el tipo de fotocelula utilizada a partir de los años ’60 en las cámaras réflex con medición a través del objetivo. Tiene buena respuesta en bajas intensidades de iluminación y el único inconveniente es su efecto de memoria. Sucede que si se mide en una zona de escasa brillantez inmediatamente después de haber hecho una medición en una de alta luminosidad, tiene tendencia a exagerar el valor de la exposición ya que «memoriza» la primer medición, siendo suficiente con dejar pasar algunos minutos entre una y otra medición.

 

SPD (Fotodiodo de Silicio). Como la anterior, requiere de una pila para funcionar y, además, de un amplificador debido a que la intensidad de la corriente que circula es muy débil. Sin embargo, no tiene efecto de memoria y la respuesta ante el estimulo de la luz es inmediata. Actualmente es el tipo más perfeccionado y de menor tamaño, facilitando a los diseñadores su ubicación en el interior de la cámara. La única desventaja es que tiene un mayor consumo de energía, pero eso es compensado con

circuitos que se desconectan automáticamente luego de varios segundos.

 

Clases de Fotómetros

 

De mano. Los exposímetros autónomos son simples y versátiles, permitiendo hacer mediciones por luz reflejada e incidente (la que recibe el sujeto). En estudio, con cámaras de galería y cuando se trabaja con el Sistema de Zonas, se suelen utilizar este tipo de fotómetros.

 

Incorporado. Las compactas de 35 tienen un sencillo fotómetro cuya fotocelula, montada en el cuerpo de la cámara, hace la medición directamente sobre el motivo. La información es transmitida al sistema de exposición automática y visualizada por Led’s o en un panel LCD.

TTL (Through-The-Lens). La fotometría a través del objetivo se utiliza en cámaras de 35 mm y en muchas de formato medio. Mide efectivamente la luz que llega a la película, compensando las eventuales variaciones de índices de absorción de los diferentes objetivos. Generalmente, se instalan en el pentaprisma y, si la cámara es electrónica con sistema de flash-TTL, entonces tiene en el cuerpo una segunda fotocelula especial para esta función que recibe el haz de luz a través de un sector semitransparente del espejo. En otros diseños mide la luz que refleja un pequeño sector de la cortina (Olympus y Leica M6).

 

Sonda. En algunas cámaras de galería, es posible realizar mediciones puntuales sobre la placa de enfoque, por medio de una sonda o sensor especial que se desplaza en contacto con la placa. La sonda de medición conecta a un fotómetro especialmente diseñado o que admite este accesorio.

 

De Flash. Se distingue por su capacidad para medir los destellos. Tiene un contacto para el cable de sincronización del flash y una tecla o botón para producir el destello. Algunos modelos más evolucionados pueden combinar la luz continua (ambiente) y la del flash.

 

De ampliadora. Si bien esta serie de artículos se refiere exclusivamente a la toma, debemos mencionar este tipo de fotómetro (así como la existencia de accesorios, en algunos exposímetros de mano), para determinar la exposición en la ampliadora.

 

Tipos de Lectura

 

Incidente. En los fotómetros de mano, por medio de una semiesfera integradora translúcida, que se desplaza o se coloca sobre la fotocelula, es posible  medir la luz que efectivamente recibe el sujeto. La medición incidente no considera la capacidad de reflexión del motivo (superficie satinada, mate o rugosa) ni sus colores y distribución de zonas claras y oscuras.

 

Reflejada. En este caso, el exposímetro (de mano, incorporado o TTL), mide la luz que refleja el motivo. La medición puede ser, según el tipo de cámara:

 

Promedio. Los de mano (excepto los puntuales) y los TTL de las cámaras mecánicas más antiguas, realizan una lectura promedio de toda el área de medición. Por lo tanto, el fotógrafo debe evaluar cuidadosamente el equilibrio que existe entre las altas y la bajas luces, ya que la medición puede resultar incorrecta (sujeto oscuro sobre un fondo blanco y viceversa).

 

Promedio con preponderancia central. Es el tipo de medición que mejor se adapta a la mayoría de las situaciones al presumirse que el sujeto principal ocupa generalmente el sector central del cuadro.

 

Puntual. Es aquella que se realiza sobre un ángulo muy estrecho, de pocos grados. Algunas cámaras y fotómetros de mano especialmente diseñados, permiten hacer mediciones «spot» (puntual), particularmente necesarias en fotografía de espectáculos y situaciones análogas.

 

Por segmentos. Ha sido desarrollado para las cámaras electrónicas de 35 mm más avanzadas. Gracias a un sistema computarizado, simula un Sistema de Zonas estableciendo un más ajustado equilibrio de la exposición.

La fotometría en la practica

 

Todos los fotómetros están calibrados para proporcionar una determinada exposición que toma como base un gris del 18 %, tanto si se hace la medición por luz incidente o por luz reflejada.

 

Una escena «promedio» es, por ejemplo, un paisaje con arboles, suelo y un sector de cielo. Si a esto sumamos que la tendencia actual es utilizar sistemas con una mayor sensibilidad en el área central (donde se supone que se ubica el sujeto principal), la exactitud es mayor aun. Además, gracias a la computación, la fotometría ha avanzado un paso más: el campo de cobertura es dividido en «zonas» y, electrónicamente, el sistema establece la brillantez de cada una y promedia el EV.

 

En primer lugar, se debe hacer la medición sobre un área de un gris o tonalidad promedio porque, si se mide sobre una superficie muy brillante (blanca), el valor de la exposición hace que sea registrada en la película como si fuera de tonalidad gris media, produciéndose por lo tanto subexposición. A la inversa, si bajo la misma intensidad luminosa, se mide sobre una superficie negra o muy oscura, la película es sobrexpuesta.

 

Un problema se presenta con paisajes nevados o en la playa, por lo que como norma se debe incrementar la exposición en más (+) 1 o 2 aberturas de diafragma (o mayor tiempo de obturación). En un teatro, en cambio, donde existen fondos oscuros y los actores son iluminados por fuentes puntuales, se debe proceder al revés, cerrando en menos (-) 1 o 2 pasos.

 

En aquellas situaciones donde existen dudas sobre la exposición correcta, es preferible gastar un poco de película antes que lamentar que la imagen quede sub o sobrexpuesta. Con películas negativas color y blanco y negro, se puede hacer una serie de tres tomas: 1) según la indicación del fotómetro, 2) cerrando el diafragma un punto  y, 3) abriendo un punto. Con películas diapositivas, debido a que tienen una menor latitud de exposición, es recomendable hacer correcciones en pasos 1/2 diafragma en más y menos (+ / -). Algunos modelos de cámaras electrónicas tienen la modalidad «bracketing», que consiste precisamente en hacer automáticamente la serie de exposiciones mencionada.

 

Debe recordarse que si la diferencia de brillantez entre la zona más clara y la más oscura con detalles, es decir que no sean un blanco puro y negro absoluto, es superior a 7 EV (o pasos de diafragma), uno de los dos extremos no quedara registrado en la película. Una diferencia de 7 EV es la que tiene una típica escena al aire libre iluminada por el sol. Si el cielo esta nublado, será de 6 o 5 EV y, en un interior que incluya ventanas hacia el exterior, probablemente será de 8 a 9 EV, es decir, un alto contraste.

 

La situación más compleja es el contraluz donde, debido a la gran diferencia de brillantez (9 EV o más), la latitud de exposición no alcanza para registrar las altas y bajas luces, debiéndose sacrificar uno de los extremos o «rellenar» las sombras con el flash o pantallas reflectantes (cartulina blanca, telgopor, etc.).

Técnica de la tarjeta gris

 

Si no se dispone de un fotómetro de mano para luz incidente, es posible simular esa condición con una tarjeta de gris al 18%. La casa Kodak ofrece una tarjeta de ese tipo, pero también es posible hacerla velando parcialmente (y procesando) una hoja de papel blanco y negro.

 

La técnica es muy sencilla: se encuadra sobre la tarjeta (no interesa que este en o fuera de foco) colocada de tal manera que reciba la misma luz que el sujeto y se utiliza directamente la lectura proporcionada por el fotómetro (de mano o de la cámara). Por otra parte, en situaciones de iluminación muy tenue, se mide sobre el reverso blanco de la tarjeta (refleja el 90% de la luz). La exposición que indica el exposímetro debe ser incrementada entre 2 a 2 1/2 pasos (por ejemplo, si indica f:2,8 en 1/15 de segundo, se expone en 1/4 y f:2,8 o entre f:2 y f:2,8).

 

De todas maneras, con las cámaras modernas, en pocas oportunidades es necesaria esta técnica ya que el sistema de fotometría es lo suficientemente evolucionado y permite hacer compensaciones de la exposición.

 

La medición de la luz es uno de los aspectos fundamentales de la fotografía y, por esa razón, requiere una técnica exacta y minuciosa. De todas maneras, con los actuales sistemas de exposición de las cámaras y las evolucionadas películas, es relativamente sencillo obtener fotos correctamente expuestas. Ahora, cuando se pretende profundizar en la expresión a través de la fotografía, la medición de la luz pasa a ser un asunto más serio pero, como en todo aquello que se refiere a la fotografía, el camino de la experimentación no puede ser sustituido por nada.