Concepto, cualidades y rasgos.
Podemos definir el mando como todo funcionario policial que ejerce poder sobre el resto de funcionarios de categoría inferior a la suya.
El arte de mandar no se puede enseñar como si se tratara de una ciencia. El don de mando es una facultad innata en el individuo y en todo ser humano existe un mayor o menor grado. Esta facultad podrá desarrollarse, exaltarse y modelar por medio de la educación personal y del ejercicio del mando, pero no podrá adquirirse tan solo por medios intelectuales.
En cuanto a las cualidades y rasgos que debe tener el mando destacamos los siguientes:
a) Amplios conocimientos teóricos y prácticos.
b) Conocimiento de sí mismo y de sus puntos débiles.
c) Conocimiento de los subordinados y las preocupaciones por ellos.
d) Mantener informados a los subordinados.
e) Dar ejemplo.
f) Dar órdenes claras y vigilar su ejecución.
g) Instruir a sus hombres como equipo.
h) Tomar decisiones oportunas y correctas.
i) Desarrollar sentido de responsabilidad entre los inferiores.
j) Emplear las Unidades en misiones de acuerdo con sus posibilidades.
k) Amor a la responsabilidad.
Principios.
Como primer principio y fundamental que abarca a todos los que puedan numerarse después está el principio de que el mando se hará querer y respetar de sus subordinados. Difícil equilibrio que pone a prueba las dotes de mando de todo superior. Para ello, citaremos algunos principios generales para el ejercicio del mando:
a) El mando debe respetar a todos sus subordinados.
b) El mando debe mandar sin gestos adustos.
c) El mando deberá guardar siempre extrema cortesía a sus subordinados.
d) El mando debe utilizar modales corteses cuando vaya a amonestar a un subordinado.
e) El mando debe hablar suavemente lo que no impide la firmeza en la expresión al dar órdenes.
f) El mando debe evitarse a toda costa hacer reproches a una clase delante de sus subordinados.
g) El mando no debe dudar de la palabra de sus subordinados pues esto supondría una injuria gratuita. Si el mando se percibe de que el subordinado ha mentido entonces procederá, en su caso, su denuncia.
h) El mando no debe inspirar terror a sus subordinados.
i) El mando no debe ser bromista ni dar excesiva confianza, pues estas situaciones pueden desembocar en un concepto populachero del superior.
j) El mando no debe dar órdenes inútiles. Lo que se exija el inferior que tenga sentido.
k) El mando no puede limitarse a mandar. Se hace necesario que además vigile el cumplimiento de lo ordenado.
l) El mando debe ser benévolo pero no débil.
m) El mando, antes de dar una orden debe meditarla para que ésta sea clara y pueda llevarse a la práctica.
Hay que señalar, finalmente, que el mandar no consiste sencillamente en dictar órdenes y ponerse a la cabeza de los subordinados. El mando real y efectivo, tanto en los momentos en que se dictan disposiciones como cuando se está ausente de los inferiores, cosiste en poseer y acreditar las cualidades y dotes indispensables para convencer, sugestionar y arrastrar a sus subordinados, ejerciendo sobre ellos su autoridad de forma constante y duradera.