Las cámaras se clasifican basándose en algunos de sus aspectos básicos: el formato del negativo, el tipo de visor y por la arquitectura interior. Siendo la herramienta principal del fotógrafo, de sus cualidades depende del genero o el tipo de fotografía que puede abordar con mayores posibilidades.
La mayoría de las personas adquiere su primera cámara como si fuera un fin en sí mismo, pero cuando se tienen más conocimientos se empieza a pensar en el tipo de fotografía que se quiere hacer y, entonces, surge cual es el equipo más adecuado. Es natural que suceda así porque, para elegir bien la cámara, hay que tener cierta experiencia.
En términos generales, para la mayoría de las aplicaciones, la cámara de 35 mm con objetivos intercambiables es la de mayor versatilidad. Puede ser «armada» basándose en módulos (por un lado el cuerpo de cámara y, por otro, los diferentes tipos de objetivos y accesorios).
En cambio, en todas las aplicaciones donde se necesita una mayor calidad de imagen, ya sea para realizar grandes ampliaciones o para impresos en libros de arte, publicidad, reproducciones, etc., se requieren cámaras que proporcionan negativos de mayor tamaño, de 4,5 x 6 cm a 6 x 9 cm. En fotografía de modas, industrial, retratos, etc., el formato medio es el indicado.
Pero cuando la calidad absoluta de la imagen es prioritaria, tanto en lo que se refiere a nitidez y a un completo control de la perspectiva, como sucede en tomas publicitarias, de productos, arquitectónicas, etc., se impone la cámara de gran formato que utiliza placas en lugar de película en rollo.
Por ultimo, no debemos dejar de considerar a las cámaras compactas, de 35 mm y óptica fija que, si bien han sido concebidas para consumo del mercado masivo con el principio de «apunte y dispare», constituyen una alternativa «todo tiempo».
Las cámaras pueden ser clasificadas por: 1) formato del negativo; 2) sistema de visor y telemetría y, 3) arquitectura interior.
1. Formato del Negativo.
El formato del negativo es uno de los factores que determina la calidad absoluta de la imagen debido a que cuanto mayor es su superficie menor es el grado de ampliación. Por otra parte, existe una relación directa entre la cámara y el formato de la película pero, en algunos modelos de cámaras profesionales se puede optar por multiformatos.
Podemos clasificar las cámaras en los siguientes grandes grupos:
Subminiatura. Es el formato más pequeños, en película en rollo como el tipo Minox, de 16 mm, o en casete como el 110. Este ultimo proporciona un negativo de 13 x 17 mm y su utilización esta limitado a las cámaras más económicas de uso familiar.
Miniatura o 35 mm. Es una película de origen cinematográfico que se ha convertido en el formato de mayor aceptación y para el cual se fabrican la mayor variedad de cámaras (y también de emulsiones). Puede proporcionar fotogramas de 24 x 36 mm (Full, cuadro completo), de 18 x 24 mm (Half, medio cuadro) y, en algunas compactas, el «Panorama» de 13 x 36 mm que, en realidad, desperdicia gran parte de la superficie del negativo. Los equipos de mayores prestaciones permiten realizar ampliaciones de 40 x 50 cm de excelente calidad, pero no son aptas para fotografías murales o en aquellos trabajos que se necesita una notable nitidez y poder controlar la perspectiva.
Formato Medio. Todas las cámaras de formato medio utilizan película en rollo de formato 120 y/o 220 (para 12 o 24 tomas de 6×6 cm). Son equipos más voluminosos que los de 35 mm y según el modelo, proporcionan fotogramas de 4 x 4 – 4,5 x 6 cm – 6×6 – 6×7 – 6×8 – 6 x 9 o multiformato con el cambio de chasis (4,5 x 6 y 6×6 cm, por ejemplo).
Gran Formato. Se caracterizan por utilizar placas de formato 10 x 12,5 (4 x 5 pul=1Fgadas) a 20 x 25 cm (8 x10″), con movimientos de basculamiento y descentrado del respaldo y del objetivo, para control de la perspectiva y de la profundidad de campo. Con un chasis especial pueden utilizan película en rollo 120/220. Casi todas se utilizan montadas en trípode debido a las minuciosas y lentas operaciones de encuadre, enfoque y carga del chasis (las denominadas «de campo» pueden utilizarse en la mano gracias al visor tipo «deportivo»).
2. Tipo de Visor
El visor de la cámara es el dispositivo que establece el vinculo fundamental entre el motivo, la película y el fotógrafo, para el encuadre y el enfoque.
Visor deportivo. Es el visor más elemental ya que consiste en un marco o recuadro con un punto de mira. La distancia de enfoque debe ser estimada o se emplea un pequeño telémetro de imágenes coincidentes, separado del visor.
Pantalla de Enfoque. Se utiliza en las cámaras de gran formato y consiste en una pantalla de vidrio esmerilado que va montada, con un marco, sobre el respaldo. Ese marco se desplaza para que en su lugar se coloque el chasis con la película. Es el único tipo de visor posible en este tipo de cámara ya que es necesario analizar la imagen sobre el plano focal y, además, porque el sistema réflex las convertiría en demasiado pesadas y caras.
Visor Directo. Es un sistema óptico que consiste en una ventana con marco o líneas de encuadre, también conocido como «galileano» (por el telescopio de Galileo Galilei). Se utiliza en las compactas de 35 mm de óptica fija y también en la Contax G1 y en la serie M de Leica. El error de paralaje (no coincidencia entre el encuadre y la cobertura del objetivo), intrínseco del sistema, se compensa dentro de ciertos limites por el desplazamiento del marco de encuadre o por líneas de ajuste.
Réflex biobjetiva. Es un tipo de visor empleado en algunos modelos de formato medio. Consiste en dos objetivos superpuestos, uno para la toma, con obturador central y el otro que proyecta la imagen en la pantalla de enfoque, a través de un espejo a 45 grados. Se distingue por su funcionamiento silencioso porque el espejo es fijo. Combina alguna de las ventajas del visor directo y del sistema réflex aunque, de todas maneras, presenta error de paralaje en distancias cortas de enfoque. La cámara clásica de este tipo es la Rolleiflex.
Réflex monobjetiva. Es el tipo de visor más utilizado en cámaras de 35 mm y de formato medio. Se basa en el empleo de un espejo rebatible a 45 grados que desvía la imagen proyectada por el objetivo hacia una placa de enfoque, sobre la cual va montado un pentaprisma para enderezar la imagen (en las cámaras de formato medio, el pentaprisma es un accesorio). Sus ventajas son: inexistencia de error de paralaje, posibilidad de utilizar una amplia gama de objetivos de diferente distancia focal y tipo zoom.
3. Arquitectura interior
En las dos ultimas décadas, el diseño de las cámaras ha padecido profundos cambios de la mano de los avances de la electrónica. Aunque en sus aspectos básicos la típica cámara réflex de un solo objetivo es hasta el presente prácticamente idéntica desde fines de la década del ’50, observándose algunos cambios significativos en lo que hace al diseño ergonómico (adaptación de las formas externas), los cambios revolucionarios están en el interior.
La fotometría a través del objetivo con fotocelulas de silicio y sistema de obturación electrónico, sumado a una central de procesamiento de datos (CPU), que permite programar las funciones, convierten a las cámaras electrónicas en aparatos sofisticados y precisos.
En su primera etapa de desarrollo, las cámaras electrónicas automáticas estuvieron dirigidas al mercado de los fotógrafos principiantes pero, en la actualidad, son muy pocos los fabricantes que tienen en sus líneas de producción equipos de funcionamiento mecánico. En este sentido, se dan dos vertientes muy definidas y excluyentes: cámaras electrónicas con automatismo múltiple de superior precisión, y algunas cámaras mecánicas, que se distinguen por la fortaleza y durabilidad.
Pueden ser clasificadas en cuatro grupos bien definidos:
1) Exposición manual: El fotógrafo debe seleccionar el tiempo de obturación y el diafragma, con enfoque manual (Nikon FM2N, Contax S2b, Pentax LX, Pentax K-1000, Leica M6 y R 6.2, Canon F1, Ricoh KR5, Yashica =46X3, Vívitar V4000 y V3000).
2) Exposición automática. Estas cámaras, además de la posibilidad de funcionar en manual, disponen de un sistema donde el fotógrafo puede seleccionar el diafragma o el tiempo de obturación, y el sistema selecciona el tiempo de obturación o el diafragma, respectivamente. En la modalidad de automatismo total, el sistema selecciona el tiempo de obturación y el diafragma. Entre estas cámaras se cuentan: Contax RTS III, Olympus OM-4Ti, Minolta X 370-N, Nikon F3, Pentax P30T, etc.
3) Exposición automática programada. Además de las funciones del punto anterior, tienen varias modalidades de exposición programadas (acción, paisajes, retratos, etc.). Cámaras de este tipo son: Minolta X-700, Yashica 108 Program, Leica R7.
4) Enfoque automático y exposición programada. Es el tipo de cámara más evolucionada tecnológicamente, ya que a las modalidades de exposición automática se suma el sistema en=1Ffoque automático (AF, Auto Focus). Obviamente, los objetivos también tienen que ser del tipo AF. Cámaras de este tipo son: la serie Canon EOS, Contax G-1, serie Minolta Dynax/Maxxum, Nikon F4, F90, F50, F70, F-801 y F-601, y la serie IS, Pentax Z-1, Z-10 y Z-20, Sigma SA-300N y Yashica 300AF.
Por ultimo, debemos mencionar a las cámaras digitales. En lugar de película disponen de un respaldo con un sensor CCD (1), que «captura» la imagen proyectada en el plano focal por el objetivo, digitalizándola y archivándola en la memoria del sistema donde queda disponible para ser «bajada» a una computadora, en forma directa o transmitida por línea telefónica. La imagen digitalizada puede ser manipulada por medio de diversos programas gráficos de computación en lo que podemos denominar como «laboratorio electrónico». En lo que se refiere al encuadre, enfoque, medición de la luz, etc., las cámaras digitales funcionan en forma idéntica a las tradicionales que emplean película fotográfica.
Debemos mencionar además los equipos especiales que, por sus características, se distinguen de los grupos o clasificaciones genéricas que hemos mencionado, tales como las cámaras para fotografía instantánea (que utilizan película de autorrevelado), estancas al agua para fotografía submarina; las de aerofotografía empleadas en relevamientos topográficos y confección de mapas e, incluso, las cámaras modificadas a partir de equipos de serie como sucede con las que son utilizadas en los viajes espaciales.
En síntesis, las cámaras son diseñadas para satisfacer una serie de requerimientos, de mayor o menor amplitud según la versatilidad del sistema pero no existe la cámara ideal apta para todo tipo de fotografía: el fotógrafo debe elegir aquel tipo y modelo que mejor se adapta al tipo de fotografía que realiza con mayor frecuencia.
Nota
(1) Charged Coupled Device (dispositivo acoplado por carga). Componente que envía miles de haces de luz a través del objeto que se esta digitalizando. Las células fotoeléctricas del cabezal detectan los componentes rojo, verde y azul de la luz que son reflejados y vuelven al CCD. La in=1Fformacion reflejada produce altos y bajos de tensión dependiendo de la luminosidad u oscuridad de la imagen.
¿Que tipo de cámara me recomienda?
De todas las preguntas que me pueden llegar a formular, esta es, quizá, la más simple y a la vez la que ofrece mayores dificultades. Me inicie en el oficio de fotógrafo en 1972 y, como era empleado, utilizaba las cámaras que me proporcionaban: Rolleiflex y Contaflex. Poco después me dieron una Mamiya C-33 y una RB-67. Mi cámara, en cambio, era una modesta y elemental Adox 6×6.
Cuando pude comprar mi primera cámara en serio, algún tiempo después, debí elegir una que estuviera al alcance de mi presupuesto y, aunque en aquella época la Asahi Pentax Spotmatic 1000 era mi preferida, debí conformarme con una Ricoh Single TLS.
Con el tiempo trabaje con diversos modelos de Nikkormat (FTn y EL), de Nikon (F, F2, FM y FE), Canon (F1 y Ftb), Pentax (PZ-10, P30T y K1000), Leica (M2, M3 y M4), Rollei SL66, Mamiya C-33 y Linhoff 13×18. Todas, en algún momento, me permitieron hacer lo que me interesaba. Así que las cámaras no me asustan ni les rindo una especial devoción. Entonces, ¿qué cámara comprar? Primero, la verdad de perogrullo: ¿Cuánto dinero podemos gastar? Resuelta esa cuestión, se trata de elegir entre un equipo usado o uno nuevo. De segunda mano muchas veces se obtiene por un precio más bajo una calidad superior.
Si llegamos a la «cero kilometro», se debe pensar en una cámara que tenga un buen respaldo técnico y que existan los accesorios y objetivos que nos interesaría adquirir en el futuro. Hoy en día casi no hay cámaras de mala calidad, pero sucede que algunas son mejores que otras.
A veces es recomendable empezar con un modelo que no sea muy caro y disponer de por lo menos tres objetivos (granangular de 24 o 28 mm, normal y tele de 135 mm). Después, cada uno hace su experiencia y puede elegir que cámara le conviene más y cuantos sacrificios se esta dispuesto a hacer para llegar a ella. Aquello de «la plata contra el vidrio» lo hemos vivido casi todos.