Aunque existe un avance indudable, la mujer sigue formando parte de una sociedad que por cultura de la forma de entender el género, la ha relevado desde siempre a una situación de desigualdad.
Para abordar este tema hay que diferenciar que el género y el sexo. Nacemos con una características biológicas que determinan nuestro sexo y que según la OMS (Organización Mundial de la Salud) se refiere a las características biológicas y fisiológicas que definen a hombres y mujeres, por lo que «Macho» y «hembra» son categorías sexuales.
En cuanto al género, la OMS lo refiere a los roles socialmente construidos, los comportamientos, actividades y atributos que una sociedad dada considera apropiados para los hombres y las mujeres. «Masculino» y «femenino» son categorías de género. Es por ello que decir violencia de género quizás no resultar del todo lo más acertado textualmente dicho.
Podríamos por tanto decir que nacemos con un sexo y que lo que nos envuelve socialmente nos convierte en hombres y mujeres y en base a ello, si bien es cierto que existen diferencias biológicas entre ambos sexos, la desigualdad se produce cuando las diferencias son entre ambos géneros.
La publicidad o propiamente en sí el contenido televisivo es una herramienta que nos bombardea constantemente con roles sociales y comportamientos, claro que hoy en día además todos tenemos acceso a una red ilimitada de información como es Internet, un arma de doble filo donde una mente desarrollada debe saber separar el grano de la paja. Pero no solo podríamos hablar de esa vía, pues la propia educación -en su conjunto- que recibimos tiene a grandes rasgos una connotación machista.
El hombre se impone como un símbolo de fortaleza, desde tiempos inmemorables, esto lo escuchamos constantemente en frases como «hay que tirar para adelante», «hay que ser fuerte», «se un hombre», «comportate como un hombre» o sin ir más lejos la conocida frase de «los hombres no lloran», que en mayor o menor medida esta instaurada socialmente. Si buscamos hombría en el diccionario tendremos la definición de «Cualidad buena y destacada de hombre, especialmente la entereza o el valor.«, por lo tanto es algo reconocido en parte oficialmente.
Esto puede tener situaciones adversas en nuestros sentimientos, pues intentar reprimirlos puede derivarnos en problemas internos. Las personas necesitan demostrar sus sentimientos o exteriorizarlos y no ocultarlos para pretender aparentar lo que socialmente es más correcto.
Las personas cuando están solas -dentro de su intimidad más absoluta- hacen cosas que no harían en presencia de otras personas, entonces en el fondo somos lo que somos cuando estamos solos y luego, ya en sociedad, nos comportamos en parte como se espera de nosotros.
¿Qué se le inculca a la mujer? –Y no tiene que ser directamente por lo tanto más difícil de detectar- pues como decíamos hay un avance evidente en la sociedad pero no deja de ser un avance, lo que significa que no se ha alcanzado la igualdad de género. Pero veamos unos ejemplos de ello:
Una imagen antigua sobre consejos de como ser una buena esposa.
Viendo esta imagen mucha gente se alarmaría y diría ¡cuanto hemos avanzado!. Quizás no tanto como creemos. En la imagen siguiente seguimos mandando el mismo mensaje y ya no podemos decir que han pasado decadas.
Pero sigamos con los ejemplos:
Padre e hijo jugando a una guerra de barcos (famoso juego que todos conocemos), el mensaje queda claro pero si alguien tuviera alguna duda del mensaje que en parte se manda, la imagen lo aclara pues solo hay que fijarse que hace la mujer y la hija.
En cuanto a los anuncios televisivos de limpieza es evidente que el personaje principal es la mujer. Anuncios de lejía, de ropa, de lavadoras… y por cierto, en la mayoría de anuncios de reparación de lavadoras, esos que podemos encontrar en Internet en numerosa cantidad, en la prensa e incluso en la televisión, saldrá un hombre reparándola (basta con buscar anuncios de reparación de lavadoras para quién pueda albergar duda alguna) para «que la mujer la use». Es cierto que este mensaje queda más oculto y alguno aún podrá decir que la interpretación es libre, pero el mensaje que se ha enviado siempre es que el hombre como ingeniero y constructor hace para que la mujer use, y con más modernidades y más facilidades para que tenga más tiempo libre en su vida, y ahora acompaña a esa estampa unos cuantos juguetes de niños o bebés para recibir el segundo mensaje, «más tiempo libre… para cuidar a los hijos o hacer otras tareas domésticas», así que pasabamos de esto:
*Como dijo Arquímides, Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo…
A esto:
Y así podríamos seguir y seguir para volver al principio, a las diferencias que existen porque nosotros mismos las hemos creado, de una manera u otra y durante, me atrevería a decir, los inicios de nuestra existencia.
Es la tragedia del machismo, impuesto y asimilado en las raices de la sociedad de cualquier país y cultura del mundo, que genera la desigualdad en muchos ámbitos de la mujer, teniendo su punto más repulsivo en la violencia de género.
Volviendo más a nuestra actualidad, salía este polémico anuncio -imagen inferior-. Podemos decir que fue polémico para la sociedad española, lo cual desde mi perspectiva no deja de ser una muestra de avance en relación a otros países, porque existe una repulsa sobre esta publicidad. Podrán decir exagerados, que es arte y que no hay porque sacar las cosas de contexto, pero entonces podremos volver a citar anuncios anteriores y seguir mandando los mensajes, más maquillados pero como hasta ahora, la mujer sometida.
Al final el anuncio lo retiraron en España con la idea de que los españoles estabamos atrasados y no sabíamos valorar el arte.
[extraído de nuevatribuna.es] «La violencia de género sigue siendo una lacra difícil de erradicar. Las políticas puestas en marcha han sido positivas pero no son suficientes. En el trasfondo de la desigualdad entre y hombres y mujeres se encuentran determinados roles y estereotipos asumidos con total naturalidad entre los más jóvenes especialmente en sus relaciones de pareja. Así lo pone de manifiesto un informe elaborado por la Federación de Mujeres Progresistas (FMP), una de cuyas principales conclusiones es que la mayoría de los chicos y chicas españoles no relacionan la desigualdad con la violencia machista que queda reducida a lo doméstico, a un matrimonio conflictivo o incluso en encontrar como causas del maltrato el consumo de alcohol o drogas.
El 80% de los jóvenes (entre chicos y chicas) cree que en una relación de pareja la mujer debe complacer a su novio.
Más del 40% piensa que el chico tiene la obligación de protegerla a ella.
Cerca del 60% está de acuerdo en que los celos son normales en una relación.
Solo un 21% relaciona la violencia de género con el machismo.»
Esta extracción de texto denota que aún queda mucho camino por hacer, se fundamenta en un estudio realizado a chicos de más de 14 años.
El alcohol no es un justificante de violencia, este pensamiento es más común de lo que se cree y si bien es cierto que el alcohol puede desencadenar la violencia eso es porque la persona que agrede ya de por sí es violenta, pero en ningún caso puede entenderse que el alcohol vuelve violenta a una persona que no lo es.
Otra frase extendida socialmente es que el maltratador es una persona, en su mayoría enferma. No es cierto, aunque muchas veces nos encontramos con que el maltratador tiene rasgos psicópatas esto no es entendido como una enfermadas, es decir, un psicópata no es una enfermo, sabe diferenciar de lo que está bien y lo que está mal y por eso escuchamos tantas veces como testigos entrevistados dicen «pues parecía una persona muy educada y correcta», «era una persona simpática y agradable», «era muy buen vecino, nunca lo pensaríamos», esto se debe a porque sabe como no debe levantar sospechas del sometimiento que tiene sobre su pareja.
Muchas mujeres son maltratadas en zonas donde no se ve, zonas donde la ropa tapa las evidencias del maltrato. Mujeres maltratadas en la intimidad y no en público ¿Por qué? Pues porque no es una persona con un cuadro patológico de enfermedad mental, sino una persona que somete a la mujer conscientemente sin levantar sospechas porque afortunadamente es algo que socialmente es reprochable.
La mujer en la violencia de género es una víctima, entiéndase como tal a todos los efectos por lo que esas frases como; «la culpa es de ella por seguir con él», «ella se lo busca» o «si está con él es porque quiere, es libre de irse» son las mismas -y me doy la licencia a decir patéticas- frases que usa el propio maltratador.
No debemos decirle a una víctima de violencia de género «tranquila, todo irá bien», «entiendo por lo que estas pasando», «tienes que hacer esto»… una persona en esa situación no está tranquila, uno no entiende por lo que está pasando y dar soluciones es altamente fácil para quien las da. Si una persona se encierra en si mismo y alguien le dice «No puedes seguir así», no esta aportando absolutamente nada pues esa persona no está así por placer o por intención propia.
Un maltratador tiene entre sus prioridades incomunicar a la mujer, apartarla de su familia o amigos para así tener más control en la misma, de una manera aislarla, dejarla vulnerable y cuando ella intenta escapar llega lo que se conoce como la «luna de miel», ese momento en el que él dice que va a cambiar, que fue algo puntual y que no volverá a pasar. Y cambia, es distinto durante un periodo de tiempo, podríamos decir que vuelve a ser ese hombre del que se enamoro, atento y detallista. Es un burdo papel, pero como se dijo antes la víctima es víctima en todo su contexto y puede justificarlo e incluso autoinculparse pensando que ella hizo algo mal para que tuviera esa actitud de agresión, pues hasta ese punto puede llegar la autoinculpación. Es un maltratador por el propio hecho de agredir -en todos su ámbitos- y no por las veces que lo haga, eso es reincidencia en el maltrato, pero no es fácil entender para una víctima, porque es justamente lo que es.
Llega un momento -pueden ser pasados años- que la tercera fase de luna de miel desaparece y entonces se produce un bucle de dos fases previas; la fase de acumulación de la tensión y la fase de agresión, porque la víctima ha dejado de intentar romper la relación y por tanto el maltratador no tiene la necesidad de convencerla de que no le deje, se siente con más poder por este mismo hecho. Hay víctimas que pasan años y años así con una maltrato asumido.
En relación a esto, se producen más maltratos en estados de embarazos, posiblemente porque el agresor ve un vínculo que les une, el hijo mutuo. El maltratador nunca es buen padre, así que cuando se escucha la frase «pero es buen padre», me permito dudarlo por no afirmar ya directamente que no es posible.
Como apunte- Básicamente todos deberíamos saber escuchar nuestros sentimientos, en parte nos alertan de muchas situaciones y no somos capaces de escucharlos como deberíamos ¿Por qué? Porque nadie nos lo ha enseñado, tan sencillo como eso. No se enseña a como saber expresarnos o exteriorizar los sentimientos, nos reprimimos y hasta caemos en depresiones y entonces es cuando volvemos nuevamente al inicio de este artículo, a que los hombres son hombres y tienen ese rol de «tipos duros» y las mujeres son delicadas y que es comprensible que lloren y sufran.
¿Qué sucede en la sociedad para que mueran asesinadas decenas de mujeres cada año? Hay un problema, las víctimas están ahí, nadie se las ha inventado pero si queremos seguir hablando de víctimas podemos hablar de estadísticas y podemos decir que hay años en los que bajan las denuncias por violencia de género ¿Por qué hay menos víctimas? No, porque denuncian menos, y aquí hablaríamos de muchos factores.
Todos debemos contribuir al avance para terminar con la violencia de género y el avance existe, es real y es gracias a todas las personas que se involucran en ello, profesionales que ahora están mejor formados; policías, sanitarios, médicos,jueces, psicólogos… -uso el masculino como aceptación lingüística, pero sobreentendido queda el colectivo de mujeres y hombres que los forman- sin olvidar la otra parte que viene después como en términos generales planes y protocolos de ayuda y seguridad, los centros de atención a las mujeres, las asociaciones… pero sobre todo depende mucho de nosotros mismos, de la familia, del vecino, del profesor, del amigo y en general de la sociedad que formamos juntos, no nos olvidemos de ello.
Nota: Imágenes sacadas de Google Imágenes