Para la transcripción de las palabras árabes, en estos temas se mantiene la norma culta hispana moderna simplificada salvo en aquellas que están incorporadas tradicionalmente al idioma español. No obstante, si se considera necesario, se indican otras normas de transcripciones para facilitar su localización en las enciclopedias.
Introducción
La expansión islámica es un fenómeno muy complejo en el que no se deben tener encuentra una sola variable. El islam es ante todo una religión fundada por Mahoma a comienzos del siglo V. Las gentes a las que predicó Mahoma eran nómadas del desierto, de religión animista y politeístas.
La Meca y Medina: la creación de la religión
La Meca era una ciudad comercial dominada por la oligarquía mercantil. Era el lugar en el que vivía Mahoma y donde estaba la Kaaba.
En el 622 la situación se hace insostenible para Mahoma y decide emigrar. Esta emigración se llamará la Hégira. En Medina se creó el primer centro de oración propio de la comunidad: la mezquita.
La creación del Estado islámico: la primera expansión
Uno de los motivos que más influyó en la rápida difusión del islam fue la creación de un Estado musulmán.
Tras la muerte de Mahoma se perfilaron para designar sucesor: califa. El primer califa fue Abú Bakr. Durante su gobierno el islam se extendió definitivamente por toda Arabia. El segundo califa fue Omar (634-644), el auténtico creador del Estado islámico. Inició una campaña de conquista. Para administrar las regiones se crea la figura del diván.
En los países que se rendían los propietarios conservaban sus posesiones, y los que se convertían pasaban a ser protegidos (dimí). El poder político y militar de las provincias se entrega a un valí.
En el 644 muere Omar y le sustituye el tercer califa: Otmán (644-656), de la familia Omeya. Bajo el califato de Otmán se terminó la organización del Estado y se fijó la redacción definitiva del Corán. Aparecieron las primeras disensiones entre los musulmanes árabes y los no árabes. Al frente de las provincias se puso a un emir que era gobernador, jefe del ejército y de la policía, y la máxima autoridad.
En el 656 Alí es nombrado califa. Surge así la primera fitna, o ruptura, de los musulmanes los chiítas, partidarios de Alí; y los sunitas, partidarios de la suna o tradición ortodoxa, encarnada en los Omeyas. El islam estaba dividido en tres gruFpos irreconciliables, junto con los jariyíes que aparecieron en Egipto.
Los Omeyas
El oponente de Alí en la guerra civil fue Moavia familiar de Otmán y valí de Siria, el auténtico fundador de la dinastía omeya, ya que hace el califato hereditario.
Moavia (661-680) reestructuró el Estado islámico para hacer de él un sistema aún más centralizado. Traslada el califato a Damasco en el 661 y crea la Sura, un consejo consultivo.
Pero los conflictos internos no habían sido extinguidos. La oposición se reunió en torno a la familia de los Abasíes. En el 749 Abú-l-Abás al-Safá se proclama califa en Jurasán.
Los Abasíes
Los Abasíes son más unos líderes religiosos, imanes, que gobernantes. Los califas abasíes dejarán el gobierno en manos de sus visires. Esto provocó el desprestigio del califato y favoreció que aparecieran otros califas, como el fatimí en el norte de África (909), o el omeya de al-Ándalus (929).
A la muerte de al-Mansur se abre un periodo de luchas por el califato (809-813). Los mercenarios trucos acabaron dominado al califa, y a la institución califal, quitando y poniendo califas a su antojo. En 1299 Osmán I se hace con el poder y funda la dinastía de los Otomanos.
La expansión islámica
Una de las características de la expansión musulmana es su rapidez, y su persistencia en los países ocupados. Los pueblos conquistados por los musulmanes no están obligados a la conversión, aunque deben pagar impuestos. El Estado islámico ofrece estabilidad política a la región y, en principio, una escasa islamización de las estructuras del poder.
La estructura tribal de los beduinos y los bereberes, otro pueblo nómada islamizado, llevará a profundos conflictos sociales dentro del islam, a pesar de la umma. El Estado islámico se desintegrará en múltiples estados de carácter plenamente feudal, al igual que los reinos cristianos.
La conquista de Oriente
La expansión fuera de Arabia comienza muy pronto, en el califato de Abú Bakr. En principio son simples razias dentro de un estado en descomposición, como era el Imperio persa.
Las tribus islámicas que se instalaron en el valle del Tigris y el Éufrates verían como la población les facilitaba su labor ya que ellos ofrecían estabilidad política.
La conquista de Siria, Mesopotamia y Armenia
Bizancio logra contener el avance de las tropas musulmanas, aunque pierde territorios. El Imperio se encuentra en graves dificultades económicas y en plena campaña para reconstruir el Imperio romano.
La cultura islámica se urbaniza definitivamente, será la civilización urbana de la Edad Media.
Conquista del Occidente: Egipto y el norte de África
La invasión de Egipto comienza en el 642. En Alejandría se crea la primera flota musulmana, en el 649, que expulsaría del Mediterráneo a los piratas y aseguraría la navegación por este mar.
La conquista de Egipto planteó algunos problemas. A diferencia de los territorios conquistados hasta entonces, Egipto tenía una raza y una lengua diferente, y totalmente extraña para ellos. Con la a conquista del norte de África se crea el Magreb desvinculado de Damasco.
Las conquistas europeas: España, Francia e Italia
La iniciativa de comenzar la conquista al otro lado del estrecho de Gibraltar no surge en Damasco, sino en el Magreb, por iniciativa del valí Muza y con apoyo de su jefe militar Tarif.
La invasión de la península ibérica comienza en el 711. El reino visigodo se está descomponiendo. Los musulmanes no encuentran excesiva resistencia por parte de la población hispanovisigoda, ya que para ellos sólo significó un cambio de señor feudal. Muza y Tarif avanzan hasta las estribaciones de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. En el 722 (según la tradición en el 718) Pelayo detiene la incursión en Covadonga, al mismo tiempo que comienzan los problemas internos en al-Ándalus. Los musulmanes comienzan a perder territorios al norte del Duero. Sin embargo, están plenamente asentados en la península, y las conquistas consolidas. En el año 756 Abderramán llega a al-Ándalus e independiza el territorio de los califas abasíes, creando un Estado unitario.
Las conquistas orientales
El islam también se expande hacia el Oriente por el Asia central y la India. Allí domina el budismo y el zoroastrismo, y está bajo la influencia del Imperio chino. La cultura y la población asiática es totalmente diferente a la musulmana y ofrecieron una resistencia feroz a la invasión.
El califato se traslada a Bagdad en el 762 y la unidad del islam se viene abajo, sin embargo, la religión se universaliza. Es entonces cuando se emprende la conquista de la India.
El fin del imperio
Tras la revolución abasí, en el 750, se crean tres califatos y múltiples reinos de taifas. En 1258 la invasión mongola de Gengis-Jan sacude el Imperio en el oriente. El imperio musulmán se ha desintegrado.
Allí donde se instaló el islam la religión perdura, o al menos estuvo asentada durante muchos años. El espíritu del Imperio musulmán pasará a los turcos otomanos.